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Miguel Hernández

30 octubre 2010

 Para la Libertad

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
   porque aún tengo la vida.

MIGUEL HERNÁNDEZ, El hombre acecha

 

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  1. Remedios permalink
    7 noviembre 2010 16:38

    Hombre coherente con sus ideales, poeta universal, palabras simbólicas y líricas. Gracias por vivir poeta, por dar humanidad a toda tu obra, por quedarte entre nosotros para siempre hipotecando su vida.

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